junio 05, 2016

Religión: Lo importante es si supiste disfrutar.

Cuál es la diferencia entre un remisero, un obrero, un profesor de facultad,
un cantante de rock, el que vende estampitas,
vivir en el campo, vivir en la ciudad,
si da lo mismo ser linyera que millonario,
robar toda la vida o salir a laburar,
ser lindo, ser feo,
ser bueno, ser malo,
lo importante es si supiste disfrutar.*



El otro día alguien dijo “viste que la religión es un tema delicado…”, esa primera aclaración quedó revoloteando en mi mente por unos instantes. Me distrajo y arrastró mi atención de modo que no pude prestarle mucha atención a lo que siguió.

La religión cae entre esos temas que de chicos nos enseñan que no se deben tratar en la mesa -las normas de protocolo y ceremonial también lo desaconsejan, como la política (la menstruación y la constipación tampoco pero eso es por que podríamos invocar a la imaginación de los comensales justo en el instante que se llevan comida a la boca). Si pienso un poco me doy cuenta que nunca me quedó muy claro el por qué de tanta delicadeza, pero eso puede tener que ver con mi escaso reconocimiento de las normas sociales y de civilidad...

La cuestión no es que haya temas delicados, sino que somos intolerantes y no queremos convivir con personas que piensan distinto (de compartir la mesa ni hablemos)… y si lo hacemos, preferimos mantenernos ignorantes y asumir que el otro piensa igual.

Qué me molesta si la persona que tengo al lado quiere creer en Jesús o Mahoma, le gustan las mujeres, los hombres o ambos, opina que el estado debe intervenir en la economía o es un liberal acérrimo… que cada uno crea, piense y haga lo que más le guste. Que cada uno sea feliz con sus creencias, sean las que fueren mientras le sirvan para vivir en paz consigo mismo y el resto, por mí está bien.

Nos incomoda la posibilidad de cruzarnos con alguien que venga con ideas diferentes y resquebraje nuestra pequeña cajita de cristal; por eso optamos por la ignorancia y sin querer sembramos la semillita de la intolerancia...

No no, no hay temas delicados. Los delicados somos nosotros.




*Escuchalo a Pity que sabe de lo que habla, "Religión" de Intoxicados:




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