Bueno, la cuestión es la siguiente: ¿te pasó alguna vez que la vida te sofoca? La rutina. Digo, por ejemplo, me pasa que mi vida me aburre, no encuentro nada que me motive o que me haga emocionar o… sentir algo aunque no sea emoción; con que sean nervios me conformo. Pero no. Todo es igual. Y eso me vacía de energía. Estaba (y estoy) pensando en renunciar. Dejar la compañía y ver qué hago. Otra cosa. Algo distinto, que no haya hecho antes. Lo que pasa también es que cada vez que empiezo son esos pensamientos me agarra la conciencia y la seriedad. Entonces pienso que voy a cumplir 27 años y que todavía no sé qué hacer con mi vida. Qué sé yo… cuando terminé el secundario era algo bastante normal. Después de todo, a los 18 años son pocos los jóvenes que saben realmente qué quieren hacer el resto de sus vidas… y bueno, por eso no me preocupé. Después terminé la universidad y tampoco sabía que iba a hacer. Cuando elegí la carrera, pensé que el tema había quedado resuelto, porque de alguna manera y en alguna medida, al elegir una carrera uno también elige una forma de vida. Pero no fue mi caso, yo elegí una carrera extraña, con poca salida laboral y alta tasa de desempleo. Entonces al finalizar los estudios universitarios me encontré otra vez en el mismo lugar donde había estado cuatro años antes. No sabía qué hacer. ¿Qué podía hacer? Me puse a estudiar otra vez. Elegí un posgrado en negocios. Ya está. Voy a dedicarme al mundo corporativo. Pero después de haber entrado a una empresa, y estar allí más de un año, otra vez empecé a cuestionar y recordé que sí había algo que sabía a los 18 años y que la desesperación me había hecho olvidar. Ahora que estaba tranquilo económicamente, dentro del sistema y encajaba con todos los moldes; volvía a surgir la duda. ¿Por qué estoy trabajando acá si lo que siempre tuve claro es que no quería un trabajo de oficina? No sé. Siento que sigo en el mismo lugar que estaba a los 18 años, sólo que ahora tengo 27 y un MBA. Uno pensaría que la experiencia me ayudó a conocerme mejor pero no estoy seguro. Supongo que no soy la misma persona que era 9 años atrás… espero que no. Pero de todas formas, sigo dando vueltas con la misma pregunta. Es la misma duda que se sigue revolcando en mi cabeza. Yo pensaba que la había espantado… ¿Cómo es la cuestión? ¿Cómo hace la gente? ¿No se pregunta nada? O lo tiene todo claro y resulto desde los 6 años. Me pregunto: ¿es tan difícil saber qué es lo que quiero? Cuando la gente me pregunta ¿y ahora qué querés hacer? ¿qué te gustaría hacer…? No sé qué decir y me da vergüenza. Aparentemente, me escapo de mis cuestionamientos existencialistas estudiando lo que sea. ¿Hiciste un MBA y no sabés para qué ni por qué lo hiciste?
No. --pensó en voz alta, y se acomodó para dormirse. Mañana sería un día pesado...
Aqui Vd. encontrará: pensamientos bastante pelotudos, pretendidas observaciones conductuales, reflexiones pobres, palabras robadas y más y más y más y más...
agosto 30, 2010
agosto 22, 2010
Morir por amor
"- ... To love is to burn - to be on fire, like Juliet or Guinevere or Eloise...
- They made rather pathetic ends, dear.
- Pathetic? To die for love? what could be more glorious?"
De la película Sense and Sensibility (1995),
basada en la novela de Jane Austen.
- They made rather pathetic ends, dear.
- Pathetic? To die for love? what could be more glorious?"
De la película Sense and Sensibility (1995),
basada en la novela de Jane Austen.
agosto 19, 2010
agosto 12, 2010
Rollercoaster
Me pasó recién, terminaba de mandarle un sms a mi hermana pidiéndole un nro de teléfono.
Entonces me di cuenta de por qué vivo en un rollercoaster emocional. Algunos días (o semanas) estoy relajado, con ánimo, seguro de mí mismo, con mentalidad positiva... contento. La semana siguiente caigo en un pozo emocional, estoy atrapado en mi vida monótona, todo es igual, todo da lo mismo a fin de cuentas, estoy serio, no tengo ganas de hablar con nadie y mucho menos de escuchar a nadie. Como nadar en barro, te esforzás, te ensuciás, te agotás, y no importa la fuerza ni el empeño, siempre estás en el mismo lugar. Todo es apenas suficiente para mantener la cabeza afuera para respirar. Da lo mismo. Solamente prolongamos el hundimiento inevitable.
Por momentos caigo en la cruda apreciación de la realidad y la noción desesperante del tiempo; always taken for granted. Entonces prefiero eludirme una vez más en un sueño hipócrita y placentero en el que soy omnipotente y cosas maravillosas me pueden ocurrir en cualquier instante. Pero los instantes se suceden y lo maravilloso no ocurre, entonces el carrito ya terminó su escalada y alcanzó la cima; sigue el descenso vertiginoso hacia la realidad. Y todo vuelve a empezar.
No sé... digo, total es gratis.
Entonces me di cuenta de por qué vivo en un rollercoaster emocional. Algunos días (o semanas) estoy relajado, con ánimo, seguro de mí mismo, con mentalidad positiva... contento. La semana siguiente caigo en un pozo emocional, estoy atrapado en mi vida monótona, todo es igual, todo da lo mismo a fin de cuentas, estoy serio, no tengo ganas de hablar con nadie y mucho menos de escuchar a nadie. Como nadar en barro, te esforzás, te ensuciás, te agotás, y no importa la fuerza ni el empeño, siempre estás en el mismo lugar. Todo es apenas suficiente para mantener la cabeza afuera para respirar. Da lo mismo. Solamente prolongamos el hundimiento inevitable.
Por momentos caigo en la cruda apreciación de la realidad y la noción desesperante del tiempo; always taken for granted. Entonces prefiero eludirme una vez más en un sueño hipócrita y placentero en el que soy omnipotente y cosas maravillosas me pueden ocurrir en cualquier instante. Pero los instantes se suceden y lo maravilloso no ocurre, entonces el carrito ya terminó su escalada y alcanzó la cima; sigue el descenso vertiginoso hacia la realidad. Y todo vuelve a empezar.
No sé... digo, total es gratis.
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