abril 13, 2015

Silencios involuntarios v2.0 (o reloaded)


"¿Pero cómo?... ¿Vos no crees que el mundo es una mierda?", le dijo sorprendido
y confundido a la vez mientras la miraba desde el otro lado de la mesa
con los ojos redondos bien abiertos y las cejas arqueadas.


Aquello que no decimos habla más de nosotros que cualquier cosa que digamos.

No son ocultamientos, cosas que elegimos callar o temas delicados que preferimos no recordar. Pues estos son silencios a conciencia, son silencios voluntarios; y abarcan todo eso que no decimos por educación en su sentido más represivo: vergüenza, miedo, cortesía, porque no se debe, porque está mal, porque qué van a pensar, para no ofender, en fin...

Pero esto es otra cosa, estos son silencios involuntarios. Son entendimientos tan básicos y fundamentales que yacen en la base de nuestro pensamiento. Tiñen nuestras opiniones, nos constituyen; son la razón por la que pensamos como pensamos, somos como somos y actuamos como actuamos. Sin embargo, la mayoría de las veces no nos damos cuenta.

Son ¿creencias? muy arraigadas en nosotros que se fueron forjando por la experiencia, o tal vez no. Tal vez puedan mutar a fuerza de nuevas experiencias que contradigan radicalmente las concepciones previas, o quizá por medio de un profundo proceso de autoconocimiento - cuestionamiento. Pero no lo sé; soy de los que creen que la gente no cambia. Habrá que ver...

Por lo pronto, tengo plena certeza de que los silencios involuntarios son los culpables de incontables relaciones fallidas y, por supuesto, el principal impedimento para la paz mundial.